Consecuencias de tener un familiar muy bromista
La siguiente situacion es completamente real, aunque pueda parecer lo contrario. La vívió Trucha, uno de los autores de "El pito doble", hace unos días. Es importante antes de contar la historia comentar que tiene un sobrino que le suele gastar bromas por teléfono bastante a menudo. El caso es que, navegando por internet, se topó con una web en la que se hablaba de dietas de adelgazamiento, y te daban la opción de rellenar un formulario. Trucha, pensando que haciéndolo accedería a algún recetario o algo por el estilo, lo rellenó. Una vez enviado observó que lo único que pretendían era vender productos dietéticos.
Al cabo de unas horas, Trucha (a partir de ahora "T") recibió una llamada de una persona "G" que, casualidades de la vida, tenía una voz igual a la de su sobrino el bromista. La conversación fue la siguiente:
[T]: ¿Sí?
[G]: ¿Trucha?
[T]: ¿Qué quieres, gilipollas?
[G]: ¿Trucha?
[T]: ¿Que qué quieres gilipollas?, déjate ya de cachondeo, gilipollas
[G]: Pero... ¡Trucha...!
[T]: Déjate de tonterías, que no, que todavía no te ha devuelto Hacienda, gilipollas, qué pesao... ya te avisaré cuando lo haga...
Ante la contestación de Trucha, "G" colgó el teléfono.
A la mañana siguiente, al revisar su correo, vió que tenía un correo del señor "G" que decía lo siguiente:
Estimada Señora
Si no le interesan nuestros productos, no nos haga perder el tiempo, en cualquier caso no tiene por qué insultarme y no soy ningún gilipollas.
No me interesa para nada su devolución de Hacienda.
Si se aburre, cómprese un loro.
Imaginad la cara que se le quedó al leerlo...
Varias horas después, vuelve a recibir una llamada...
[T]: ¿Diga?
[G]: Sí ¿Trucha?
[T]: Sí digame
[G]: Le hablo del programa de dietas
[T]: Sí, usted es quien llamó ayer, ¿no?
[G]: Sí y esperaba de usted una disculpa
[T]: Me iba a disculpar, pero vamos se trató de un malentendido. Yo creí que era un sobrino mío que siempre está de broma y nada más. ¡Vamos había que darse cuenta!
[G]: Sí, sí no pasa nada. Tome usted nota de la dieta
[T]: ¿Qué dieta?
[G]: La dieta que le voy a dar "so gorda", que es usted una gorda.
[T]: ¿Cómo? ¿Qué esta usted hablando?
[G]: Sí, gorda, GORDAAAAAA
[T]: Váyase al carajo
Con el susto todavía en el cuerpo, a los pocos segundos recibe una nueva llamada y al descolgar sólo escucha carcajadas, y es que el de la última llamada sí que era su simpático sobrino... A él debe agradecerle los momentos de tensión que vivió esos dos días.
(Vía El pito doble) Tags: confunsion graciosa situaciones reales divertidas brormas telefonicas dieta de adelgazamiento
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