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Memoria de elefante

Un periodista que vivía en Estados Unidos se entera de que en el sur de México vive un indio que tiene una memoria prodigiosa. Empujado por la curiosidad decide ir a investigar el asunto. Coge un avión, después un tren, posteriormente un jeep y por fin y después de dos días a caballo llega a un poblado.

- ¿Vive aquí el indio de memoria prodigiosa?, pregunta el periodista.
- Sí, le responden señalando una casa.

Entra y ve a un indio de unos 70 años.

- Así que usted es quien tiene tan buena memoria...
- Sí, soy yo...
- ¿Me podría hacer una demostración?
- Claro. Ahí está el diario de mi vida. Cójalo y pregúnteme lo que quiera.

El indio le da un libro de más de 5000 páginas. El periodista lo coge y comienza a preguntarle:

- ¿Qué pasó el 2 de abril del año 1913?
- Bueno, esa mañana amaneció nublada y yo me puse un chaleco rojo, mi madre estaba cociendo una gallina y un vecino gritó porque se le calló una piedra en el pie.

Y así pasan varios días conversando. El indio siempre acertaba, así que el periodista se convence y decide volver a Estados Unidos a escribir un libro sobre aquel hombre. Antes de despedirse le hace una pregunta más:

- ¿Qué hizo cuando cumplió quince años?
- Nada especial, ese día desayuné 2 huevos.
- Cierto, cierto.

El periodista se va y escribe el libro. Gracias a esa historia gana el pulitzer y se hace famoso y millonario. Al cabo de 30 años decide visitar la tumba del indio, así que vuelve al poblado y pregunta por su tumba. Para su sorpresa, le comentan que el indio aún vive... Cuando le ve, dice:

- Pero... pero ¿cómo... cómo... cómo...?
- Fritos... fritos... fritos...

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4 comentarios:

Rodavlas dijo...

Jejeje...

A mi me preguntar por qué comí yo ayer... y no te sé contestar.

Saludos.

Bender dijo...

Buena historia de humor, muy original.

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