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Buscando un medico

Cierto emperador chino deseaba tener a su cargo un médico mejor que el que le venía atendiendo hasta la fecha. A tal efecto, ordenó que todos los médicos del imperio, bajo juramento, pusieran en sus ventanas tantas velas encendidas como pacientes se les habían muerto aquel año.

Tras recibir noticia del cumplimiento de la orden, el emperador aprovechó el desfile del día sagrado para acercarse al barrio de los médicos.

Pronto comprobó que miles de velas iluminaban las calles, y en muchas casas éstas ardían no sólo en las ventanas, sino incluso en puertas y techos.

Al cabo, vio con alegría que en una casa modesta sólo cuatro velas adornaban una de las ventanas. Hizo salir al médico de la casa, y le dijo:

"Tú has ganado; serás mi médico de cabecera. Pareces ser un buen facultativo, pero dime: ¿cómo has conseguido perder tan pocos pacientes?"

El honrado médico, volviéndose a inclinar, murmuró:

"Gran señor... yo empecé a ejercer la profesión esta mañana."

(Via e-mail) Tags:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que gracia, al final eligió al mas inexperto.

Anónimo dijo...

Lo llevaba claro el emperador, si es que a veces vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer...

SALUDOS!

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