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Cómo ser un gran jefe: consejos de un empleado

1º. Nunca me dé el trabajo por la mañana. Hágalo a última hora de la tarde. Siempre es gratificante contar con el reto de trabajar bajo presión.

2º. Si es algo urgente, por favor, interrúmpame cada 10 minutos para saber cómo voy. Eso ayuda. O mejor aún, mire sobre mi hombro y corríjame cada vez que me euqivoco al darle a una tecla.

3º. Salga siempeo de la oficina sin decirme dónde va. Eso me brinda la oportunidad de estimular mi creatividad cada vez que alguien me pregunte por usted.

4º. Si mis manos están llenas de papeles, cajas o libros, ¡no me abra la puerta! Necesito aprender a valerme por mí mismo. En el caso de que me quede impedido, abrir las puertas sin ayuda es un excelente ejercicio.

5º. Si me da más de una misión por cumplir, no me diga cuál es la prioridad. Así podré ejercitar mi telepatía.

6º. Haga lo imposible por tenerme en la oficina hasta tarde. Me encanta estar aquí y en realidad no tengo ningún otro sitio adonde ir ni nada más que hacer que no sea mi trabajo. Carezco prácticamente de vida propia.

7º. Si mi rendimiento le satisface, manténgalo en secreto. Si se sabe, podría ser causante de un ascenso. Además, si no lo sé, me seguiré esforzando para que así sea.

8º. Si no le satisface mi trabajo, hágaselo saber a todo el mundo; me encanta que mi nombre sea el más mentado en las conversaciones. Pero no me lo diga a mí, podría herir mis sentimientos.

9º. Si tiene instrucciones especiales para la realización de algún trabajo, no me las escriba. De hecho, ni siquiera las mencione hasta que ya casi lo haya terminado. ¿Qué necesidad hay de confundirme con información poco útil?

10º. Nunca me presente a la gente con la que está. No tengo derecho a saber nada. En la cadena alimenticia de la empresa hay quien cree que yo sólo soy el plancton.

11º. Cuando usted haga una referencia a esas personas en el futuro, yo utilizaré de nuevo mis poderes psíquicos para saber de quién me habla.

12º. Sea agradable conmigo sólo cuando en el trabajo que yo estoy realizando esté en juego su propia vida, o bien, si un mal resultado pudiera enviarle directamente a usted al infierno de los jefes.

13º. Cuénteme todos sus pequeños problemas. Nadie más los tiene y es bueno saber que alguien es menos afortunado que uno mismo. En especial disfruto la historia en la que me explica la enorme cantidad de impuestos que tiene que pagar cada vez que le dan a usted un bonus por ser un gran jefe y haber hecho que entre todos consigamos los objetivos.

14º. Espere a que venga mi revisión anual de resultados para entonces decirme cuál debió de haber sido mi objetivo principal.

15º. Califique mis resultados como mediocres y deme un aumento basado en la inflación. De cualquier forma yo estoy aquí por amor al arte, no por dinero.

Gracias a David por enviarme este texto. En el correo me indica que lo ha sacado de La Ventanita.net, pero que anteriormente lo había leído también en este foro.

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3 comentarios:

Juegos dijo...

Pobre empleado, tener un jefe así... para pegarse cabezazos contra la pared.

germanbg dijo...

jaja, muy bueno el 15 yo estoy aquí por amor al arte.
En general me he reido mucho con esta entrada.
SALU2

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