Una de chistes

Esto era una mujer una mujer tan fea, tan fea, que cuando nació su madre dijo "¡Qué tesoro!" y su padre "Tienes razón, ¡hay que enterrarla!"

¿Cómo se llama la mujer que siempre sabe dónde está su marido?
Viuda.

Un dia deciden enviar a Raulito a casa de la abuela en un taxi. Le montan y le dan la direccion al taxista. Ya de camino pasan al lado de un campo, Raulito ve una manada de ganado y le pregunta:
- Señor taxista, si mi papá fuera toro y mi mamá fuera vaca, ¿yo sería un ternerito?
- Si, serias un ternerito -xontesta el taxista.

Un poco más adelante ven gallinas, y Raulito pregunta:
- Señor taxista, si mi papá fuera gallo y mi mamá gallina, ¿yo sería un pollito?
- Sí Raulito, sería pollito -contesta el taxista ya un poco cansado.
El viaje continúa, y cada vez que Raulito veia animales le hacia la misma pregunta al taxista, hasta que llegó un momento en el que el taxista, harto, le pregunta:
- Raulito, una pregunta... Si tu mamá fuera una prostituta y tu papá un homosexual, ¿tú que serías?
Sin dudarlo ni un segundo, responde:
- Taxista.

Un hombre va al dentista y le dice:
- Dontor, tengo los dientes muy amarillos, ¿qué me recomienda?
- ¡Corbata marrón!

Un señor de 80 años llega al médico para hacerse un chequeo rutinario y el doctor le pregunta cómo se siente.
- ¡Nunca estuve mejor! -le responde-. Tengo una novia de 18 años que tendrá un hijo mío dentro de un par de meses.
El doctor piensa por un momento y dice:
- Permítame contarle una historia. Yo conocí a un hombre que era un ávido cazador, nunca se perdía una temporada de caza, pero un día salió rápido y se confundió, cogiendo su paraguas en lugar de su rifle. Una vez en el bosque, apareció un gran oso frente a él. Él levantó su paraguas, le apuntó y disparó.
- ¿Y qué paso? -preguntó el anciano.
- El oso cayó muerto frente a él.
- Es imposible -exclamó el señor-. ¡Algún otro hombre debió hacerlo!
- A este punto quería llegar... -dijo el doctor.

Un matrimonio está en el dormitorio y la mujer le dice al marido:
- Desabrocha mi camisa y déjala encima de la cama.
- Bueno.
- Ahora, dejas mi sujetador encima de la silla.
- Claro.
- Mete mis zapatos dentro del armario.
- Como quieras.
- Pon mi falda con la ropa sucia.
- Ya está.
- Dame mis bragas.
- Tómalas.
- ¡Y que sea la última vez que te pillo vestido con mi ropa, desgraciado!

Si, a pesar de lo malos que eran, has llegado hasta aquí, mereces mi más sincera felicitación por tu aguante.

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