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¡No se lo diga a mi marido!

Una mujer de mediana edad, con molestias propias de la misma, estaba siendo sometida a una ecografía, técnica, como se sabe, muy habitual en la práctica ginecológica. El médico tenía a su lado a un estudiante al que iba describiendo las imágenes que aparecían en la pantalla del monitor.
- Estos son los ovarios, esto es el cuello del útero, esto los cuernos...
En ese momento la paciente se incorporó de la camilla con la cara demudada por el pavor.
- ¡Ay doctor, no me diga que eso lo han notado ustedes! ¡Por Dios se lo pido, doctor, no le diga nada a mi marido que yo le juro a usted que sólo le engañé una vez y no lo he vuelto a hacer nunca! ¡No le diga nada, por favor!

(Historia real recogida en el libro de José Ignacio de Arana "Diga treinta y tres", libro al que no es la pirmera vez que le dedico una entrada)

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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que gracia me hacen éstas historias Turi.

Un saludo.

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